La gota fría
Emiliano Zuleta Baquero (compositor de La gota fría) y Carlos Vives. Imagen: Revista SoHo No. 068, noviembre de 2005 |
La gota fría sonó
y resopló
en el bar de Galicia
me acorraló la
canción;
mitos, coplas,
leyendas y versos.
¿Por qué una gota fría?
Cuentan que al
preso de la mazmorra
le tocó una
gotera en la celda
que lo condenó
como a Sísifo la piedra,
al preso le tocó lidiar con la gota
día y noche, noche
y día
pero siempre fría.
Una oleada de
recuerdos me salpicó
como las olas del
Mar Caribe y del Océano Pacífico
con el agua que baña
una tierra golpeada por guerra,
por dolor, pero
también
con el agua que moja
una etnia tricolor.
En el bar
comprendí tantas cosas
por ejemplo
que soy de una tierra que goza,
baila
y se abraza.
También entendí que no hay tanta distancia
entre mis versos y
que soy de una tierra que goza,
baila
y se abraza.
También entendí que no hay tanta distancia
entre mis versos y
los versos del
hermano Zuleta,
entre el guajiro y yo
entre el guajiro y yo
existe una misma
intención: una alegoría de nación.
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