Todo huele a él


Todo huele a él,
mi desesperación,
mi nostalgia,
mi resignación.

Si en algo fallé 
esa es la cuestión, 
su profundidad telepática me confunde,
me arrastra y 
me lleva de nuevo a la nada.

Días de gloria merecen 
hoy éste dolor
al menos lo amortigua y
no produce arrepentimiento.

Increíble sensación furtiva 
esa que me indujo en sorpresa emocional
sólo hoy aterrizo,
sólo ahora me quema su ausencia.

Expectativa aterradora 
recorre mis venas
para dar sólo un paso más,
que no quiero uno
sino infinitos más
escalofriante resurgir.

Él no contesta
no es que ya no me quiera,
es que no quiere volver
pero ése no es el problema,
el problema es que todo huele a él.

Luisa Fda. Ortegón Sepúlveda.

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